9/11/07

23 de octubre del 2011

Algunas personas arrastran consigo una fiesta, abrazos, cuerpos, en la mirada siempre un mar luminoso, y sus vidas son populosas y alegres. A otras les toca en suerte arrastrar un desierto y resignarse a la esquiva voz del silencio.

En la época en que escribía estos cuadernos —siento que han pasado ya tantos años—, por las calles yo solo oía mis pasos y creía que el mundo iba a ser eso nada más: caminar desamparado entre la niebla. Había un silencio que me atraía sin remedio, la soledad me abrazaba como un vientre áspero. Era un niño, o recién había dejado de ser un niño, y recuerdo que mis pasos eran lentos, como si fuera un viejo.

(En la mayoría de páginas la tinta está a punto de desvanecerse. Copiaré algunas para conservarlas como memoria, porque lo más humano y más histórico es la facultad de recordar. No vaya a ser que me asalte un día el olvido y deje de saber quién he sido.)

[5:57 a.m.]

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5 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces, cuando en la carrera de escribir algo que me parece importante -y seguramente no lo es-, se me acaba la tinta a mitad de camino... nunca hay tinta. El desvanecimiento de la tinta... sí es un problema metafísico... una extensión del cuerpo, que no da de sí lo que el cuerpo pretende mostrar...

pezenseco dijo...

o bien: el cuerpo es una exageración que no se puede registrar ni con toda la tinta del mundo... Gracias por la visita anónima.

Anónimo dijo...

Registrar... un problema de inscripción, de memoria, de archivo,... parece como un bien cuando no se tiene acceso a ese registro, pero un mal cuando ese registro está siempre presente, cuando pesa, cuando el registro substituye al cuerpo que registro, lo substituye... la necesidad de registrar es como el fármaco platónico-derridiano. Así, el registrar debe superar su "capacidad" archivística, para convertirse en una potencia del cuerpo. Por eso decía que funciona como una extensión del cuerpo, un cuerpo del cuerpo, un transplante, otro cuerpo nuevo...

Anónimo dijo...

¿Cómo "funciona" una novela virtual? ¿Qué función cumple o pretende cumplir? No sé si estas preguntas son legítimas. La escritura tiene sus propias reglas, que suele expresarse en su estilo y retórica, y en el caso de una escritura que está integrada en un "sistema" (=en línea), éstas no pueden más que adaptarse (o tal vez ni siquiera esto) al medio. ¿Cómo empieza un novela virtual? ¿Cómo SE empieza una novela virtual? Si fuese filósofo, diría "principia"...

pezenseco dijo...

...el anonimato también es parte intrínseca del "universo virtual", por ejemplo es posible escribir una novela en línea y recibir comentarios anónimos en línea, asunto no tan sencillo o al menos diferente cuando el medio es el papel; en papel uno debe esperar que Fulano logre que la editorial X publique su libro y luego que X lo exporte a, por decir algo, Costa Rica, o que aquí alguien quiera importarlo, y luego uno lo compra y lo lee en casa y no puede hacerle comentarios anónimos al autor... Aquí, en cambio, y dichosamente, sí se puede...

Todo texto está atravesado de infinidad de líneas o hilos (que señalan a otros textos y estos a otros en un enorme laberinto/tejido); pero en un texto "en línea" esto es más obvio e inmediato...

El "mal de archivo", por otro lado, es tal que uno desearía archivarlo todo, hasta el principio o el final, un fundamento último, un arche, precisamente, que pudiera significar algo definitivo, incluso, tal vez, fundar algún poder, al menos un poder para quien archiva o registra... Pero, en efecto, es fármaco, remedio y veneno al mismo tiempo... uno registra o archiva y luego, si uno busca el "principio", el principio no está donde se dice que está o donde se supone que debiera estar, y entonces el juego de leer es equivalente al de leer, en el sentido de tener que entretenerse deshilando un tejido que se sostiene como una red intermniable de hilos entretejidos, como internet: quizá, actualmente, la mejor muestra de un texto en general...

Ahora, ¿cómo ha de funcionar una novela virtual? En algún sentido, todas las novelas son realidades virtuales, incluso las que se escriben y publican en papel. ¿O es que en algún lugar real de Nueva Zelanda existen los hobbits y los elfos? La web ha hecho de algún modo efectiva cierta virtualidad con la que siempre hemos contado los humanos, nuestra imaginación, nuestros sueños... ¿Y qué función cumple? Pero, ¿qué función cumple la literatura en papel? ¿Y por qué ha de ser diferente la función si es diferente el medio? Digo, obviamente hay diferencias, y de todo tipo, hasta "políticas": en la web no hay un intermediario que lucre con el texto, los autores y lectores están a un clic de distancia y sus "lugares" muchas veces se intercambian, pues el autor de un texto es lector de otros y los autores de estos son a su vez lectores de los primeros, etc... Y bueno, es un tema inacabable que también podría seguir indefinidamente "en línea" por más intentos que hagamos por registrar y archivar sus respuestas y orígenes... en fin...