CUANDO LO CURSI SE PONE DE MODA TODOS CREEMOS ESTAR EN EL EDÉN. Y una de las tantas ventajas de esta situación es que ahora todos somos poetas, pues para serlo, dicen, basta con hablar “subjetivamente”. La historia termina para dar paso al edén y entonces todo es arte, hasta los libros que queremos escribir pero no escribimos, y el hecho de quererlo y soñarlo o simplemente declararlo.
Quizá Dios nos expulsó del paraíso porque estaba harto de tener por criaturas a unos seres tan estúpidos. O simplemente tan inmaduros. Y quizá nos expulsó para forzarnos a madurar. Pero seguimos tan niños como cuando nos descubrimos por primera vez desnudos y deseantes.
Hoy, algunos creen estar de vuelta, pero tal vez lo único que hemos redescubierto del edén sea la estupidez: masiva e ineludible. Por ejemplo la estupidez de creer que los mejores son quienes más dinero tienen o, al revés —hoy día da lo mismo—, creerse mejor simplemente porque uno no tiene ningún dinero ni cree necesitarlo.
¿Y no soy también yo uno de tantos estúpidos, principalmente porque a veces pretendo ser capaz de explicar la estupidez o, peor aún, estar exento de ella?
[10:57 a.m.]
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20/9/08
12 de noviembre de 1999
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